Recortes de un diario

No sé porque pero dicen que una sonrisa mueve montañas. A veces pienso que es cierto y otras pienso que está muy equivocado. Pero... sea lo que sea empiezo a pensar que es hora de sonreir. Sonreír sin un porque, sonreír porque sí, sonreir porque una vez me dijeron que le gustaba como sonreía (no es la persona de siempre). Sólo sonreir. Sin nada detrás, tan solo porque sale del corazón y porque me apetece.

He visto este poema y me ha gustado. Dicen que de tristeza nadie muere, y afirman que, de amor, tampoco expiran; no sé si lo que dicen, falso fuere o cierto sea, mas, poetas ahí se inspiran. Dicen que pena de amor, pronto muere; dicen que amor que no se ve, se olvida; no sé si lo que dicen, falso fuere o cierto sea, mas, no sana mi herida. Jesús Flores Villa

Todo parecía indicar un posible cambio. Un cambio al que no me importaba sumarme. Sin embargo, de repente diversas cosas se fueron uniendo para al final conseguir que el cambio no se produjese. El primero la edad, demasiado joven. Y aunque algunas sean capaces de ser unas "asalta cunas" yo de momento no lo soy. Así que eso hizo descender mi interés hacia esa persona. Segundo y último. Tener pareja. Y mejor me ahorro el sitio donde se encuentra esa persona. Porque eso si que parece una broma del destino. En definitiva, volvemos a... la verdad no se a donde. Supongo que al punto de origen no pero tan poco muy lejos de él. Llevo dos semanas preguntandome que es lo que he hecho para que tenga tan mala suerte. Y lo peor, que no puedo dejar de picarte por mucho que lo intente. Sé que has dejado de gustarme, sé que ahora mismo ya no te veo como un posible de algo. Es gracioso. Realmente gracioso. En fin que está claro que como siempre no elijo correctamente.

No entiendo la vida. Lo intento pero no lo logro. Cuando pensaba que nunca más podría fijarme en alguien. Cuando había puesto la mano en el fuego asegurando que nunca más abriría mi corazón. De repente, todo cambio. No sé como. No sé cuando, pero fue así. Un día, me levanto como siempre y sin darme cuenta alguien se ha colado en mi pensamiento, haciendo que me vuelva a estremecer. Por un lado no quiero, no quiero volver a abrir mi corazón y que me lo vuelvan a romper. Pero por otro lado, me gustaría mucho que pasará. Que esa persona diese alguna muestra de querer que pasara algo. Pasará mucho tiempo hasta que volvamos a quedarnos solos en el coche, pasará mucho tiempo en volver a escuchar canciones que hacen que quiera bajarme del coche porque no sé como explican como me siento y sin querer quiero huir. Es curioso, en el trabajo, bromeo, soy capaz de mil cosas contigo pero fuera. Fuera no soy capaz de hablar, es como si en las paredes de ese lugar tuviera fuerzas necesarias para enfren