Adios
Llegaste hace ya un año a nuetras vidas. Eras muy pequeño y nos dijeron que no crecerías mucho. Sin embargo, en eso se equivocaron.
Te convertiste en todo un erizo.
Cuando te recogimos y llegamos a casa, estabas asustado. Habíamos oído que la música te relajaba así que te pusimos un hilo durante todo el día para que te sintierás bien.
Al cogerte para que te fueras familiarizando, te pusiste una bola en mi dedo. No empezamos con buen pie, pues ese mismo día al intentar sacarte me habías mordido. Te cogí un poquito de miedo, por eso de las púas, pero poco a poco me iba acercando a ti.
Nos meastes, decían que eso era que te encontrabas relajado encima de nosotras. No lo sé si era por eso, pero no nos importo.
Me bufabas, pero ponía la mano para que la olieras y enseguida parabas y me dejabas acariciarte.
Con tu otra dueña era diferente, te llevabas muy bien y no le hacias tantas perrerías como a mi.
Te cogimos mucho cariño. Y ahora te has ido. Debemos decirte adios y la verdad no quiero.
Miro tu acuario y da la sensación que sigues ahí, a veces cuando doy de comer a los bichos pienso ahora le toca a Saionji. No lo puedo evitar.
Hace una semana te llevamos a tu último hogar y era como enterrar un pedacito de mi.
Espero que donde quieras que te encuetres no pares de caminar en una rueda, de pasear, de bufar, de.... TE ECHAMOS DE MENOS.
SIEMPRE ESTARÁS CON NOSOTRAS.
Te convertiste en todo un erizo.
Cuando te recogimos y llegamos a casa, estabas asustado. Habíamos oído que la música te relajaba así que te pusimos un hilo durante todo el día para que te sintierás bien.
Al cogerte para que te fueras familiarizando, te pusiste una bola en mi dedo. No empezamos con buen pie, pues ese mismo día al intentar sacarte me habías mordido. Te cogí un poquito de miedo, por eso de las púas, pero poco a poco me iba acercando a ti.
Nos meastes, decían que eso era que te encontrabas relajado encima de nosotras. No lo sé si era por eso, pero no nos importo.
Me bufabas, pero ponía la mano para que la olieras y enseguida parabas y me dejabas acariciarte.
Con tu otra dueña era diferente, te llevabas muy bien y no le hacias tantas perrerías como a mi.
Te cogimos mucho cariño. Y ahora te has ido. Debemos decirte adios y la verdad no quiero.
Miro tu acuario y da la sensación que sigues ahí, a veces cuando doy de comer a los bichos pienso ahora le toca a Saionji. No lo puedo evitar.
Hace una semana te llevamos a tu último hogar y era como enterrar un pedacito de mi.
Espero que donde quieras que te encuetres no pares de caminar en una rueda, de pasear, de bufar, de.... TE ECHAMOS DE MENOS.
SIEMPRE ESTARÁS CON NOSOTRAS.
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